Regresé a clases pero había una gran diferencia con los últimos meses de clases, ahora las clases me parecían un borrón de tiempo ya que para mí lo único importante era estar con mi Jacob.
Como él se había ido por casi un año de su casa se retraso y ahora él y yo íbamos a pasar al último grado de preparatoria. Por las tardes nos veíamos, a veces el me recogía de la escuela en su moto o yo iba por el en un auto que me prestaban mis hermanos, gracias a dios el tratado se había modificado solo para mi y así podía verlo con más facilidad. A veces estudiábamos juntos o le mostraba lo que había escrito para él.
Al acabar el curso decidimos ir a New Jersey, era algo que ya había pensado y al comentárselo el quiso acompañarme, tenía que regresar al lugar que en algún momento considere mi hogar, por lo que empaque unas cosas en una mochila y me despedí de mi familia, cuando puse un pie fuera de mi casa ya sentía que los extrañaba, en verdad los quería, con un suspiro subí a la moto de Jacob y nos dirigimos a New Jersey.
El viaje fue rápido, llegamos al amanecer del siguiente día a Belleville y le indique el camino a mi ex-casa. El vecindario era agradable, y cada cosa que recordaba aun seguía: la podadora de la Sra. Smith, los juguetes de los niños Harrison y las flores bien cuidadas de la Sra. Thomas. Al final de la calle se encontraba la casa azul donde había crecido 16 años, a pesar de que nadie vivía en ella se conservaba bien.
-Aquí es Jake- detuvo la moto frente a la casa y caminamos sobre el pasto que fue recientemente cortado, alguien había estado cuidando de la casa por mi, tendría que darle las gracias mas tarde. Busque las llaves en mi mochila y abrí la puerta.
-Es linda- se acerco a las fotos que mi madre había colocado en la sala- ¿esta eres tú?- era una foto que había rogado que la quitaran ya que estaba disfrazada de ángel para una obra escolar, Jake ya la había tomado
-Sí, no te rías Jake, sé que me veo ridícula
-¿Que dices? Te ves adorable, ¿puedo quedármela?
-Solo si prometes no enseñársela a Emmett- el asintió- ni a Jazz y mucho menos a Alice- asintió de nuevo y guardo la foto en su mochila
-¿Que es lo que quieres hacer con la casa Mad?
-Aunque quisiera conservarla, creo que lo mejor sería que la vendiera, de todos modos no podría venir aquí muy seguido ya que todos me conocen, Carlisle me explico cómo tendría que arreglarlo. Quisiera empacar unas cosas de mi cuarto y otras de mis padres.
Subí la escalera seguida de Jacob tratando de ignorar las fotos que estaban colgadas a mi derecha, mi cuarto estaba en el segundo piso detrás de una puerta de madera en el fondo del pasillo. Al abrir la puerta pude percibir el olor de cuando yo era humana, se me hizo tan apetecible que tuve que recordarme que era mío, además de otro olor.
Mi cuarto seguía como lo había dejado después de huir, la cama hecha y todo ordenado y limpio. Me senté en mi cama junto con Jacob y mientras recordaba cómo era mi vida el me tomo de la mano, en ese momento olvide los recuerdos y me concentre en que estaba a solas con Jacob.
Me acerque para besarlo, el deseo por el crecía cada vez más, sentía que iba a explotar, sus labios eran tan deliciosos que quería más, lo tome del cuello y lo jale hasta que quedamos recostados, podía sentir su cuerpo sobre mi y sus manos recorriendo mi cintura, como pude le quite su playera y al ver su torso desnudo la emoción por tenerlo creció hasta el punto de que ambos comenzamos a quitarnos la ropa. Cuando lo vi comprendí que ahora sí, el iba a ser mío en todos los sentidos.
Al tenerlo dentro de mi experimente una sensación que jamás había sentido pero lo que más me gusto fue cuando Jacob susurro mi nombre.
Como él se había ido por casi un año de su casa se retraso y ahora él y yo íbamos a pasar al último grado de preparatoria. Por las tardes nos veíamos, a veces el me recogía de la escuela en su moto o yo iba por el en un auto que me prestaban mis hermanos, gracias a dios el tratado se había modificado solo para mi y así podía verlo con más facilidad. A veces estudiábamos juntos o le mostraba lo que había escrito para él.
Al acabar el curso decidimos ir a New Jersey, era algo que ya había pensado y al comentárselo el quiso acompañarme, tenía que regresar al lugar que en algún momento considere mi hogar, por lo que empaque unas cosas en una mochila y me despedí de mi familia, cuando puse un pie fuera de mi casa ya sentía que los extrañaba, en verdad los quería, con un suspiro subí a la moto de Jacob y nos dirigimos a New Jersey.
El viaje fue rápido, llegamos al amanecer del siguiente día a Belleville y le indique el camino a mi ex-casa. El vecindario era agradable, y cada cosa que recordaba aun seguía: la podadora de la Sra. Smith, los juguetes de los niños Harrison y las flores bien cuidadas de la Sra. Thomas. Al final de la calle se encontraba la casa azul donde había crecido 16 años, a pesar de que nadie vivía en ella se conservaba bien.
-Aquí es Jake- detuvo la moto frente a la casa y caminamos sobre el pasto que fue recientemente cortado, alguien había estado cuidando de la casa por mi, tendría que darle las gracias mas tarde. Busque las llaves en mi mochila y abrí la puerta.
-Es linda- se acerco a las fotos que mi madre había colocado en la sala- ¿esta eres tú?- era una foto que había rogado que la quitaran ya que estaba disfrazada de ángel para una obra escolar, Jake ya la había tomado
-Sí, no te rías Jake, sé que me veo ridícula
-¿Que dices? Te ves adorable, ¿puedo quedármela?
-Solo si prometes no enseñársela a Emmett- el asintió- ni a Jazz y mucho menos a Alice- asintió de nuevo y guardo la foto en su mochila
-¿Que es lo que quieres hacer con la casa Mad?
-Aunque quisiera conservarla, creo que lo mejor sería que la vendiera, de todos modos no podría venir aquí muy seguido ya que todos me conocen, Carlisle me explico cómo tendría que arreglarlo. Quisiera empacar unas cosas de mi cuarto y otras de mis padres.
Subí la escalera seguida de Jacob tratando de ignorar las fotos que estaban colgadas a mi derecha, mi cuarto estaba en el segundo piso detrás de una puerta de madera en el fondo del pasillo. Al abrir la puerta pude percibir el olor de cuando yo era humana, se me hizo tan apetecible que tuve que recordarme que era mío, además de otro olor.
Mi cuarto seguía como lo había dejado después de huir, la cama hecha y todo ordenado y limpio. Me senté en mi cama junto con Jacob y mientras recordaba cómo era mi vida el me tomo de la mano, en ese momento olvide los recuerdos y me concentre en que estaba a solas con Jacob.
Me acerque para besarlo, el deseo por el crecía cada vez más, sentía que iba a explotar, sus labios eran tan deliciosos que quería más, lo tome del cuello y lo jale hasta que quedamos recostados, podía sentir su cuerpo sobre mi y sus manos recorriendo mi cintura, como pude le quite su playera y al ver su torso desnudo la emoción por tenerlo creció hasta el punto de que ambos comenzamos a quitarnos la ropa. Cuando lo vi comprendí que ahora sí, el iba a ser mío en todos los sentidos.
Al tenerlo dentro de mi experimente una sensación que jamás había sentido pero lo que más me gusto fue cuando Jacob susurro mi nombre.
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