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viernes, 25 de diciembre de 2009

CUENTO DE NAVIDAD

-Esta anocheciendo y Jake prometió volver, ¿por qué se tarda tanto?
-Yo creo que Jake esta con su familia Nessie, ellos extrañan estar con el ¿sabes?
-Pues entonces que vengan, no me importa estar con los hermanos de Jake
-Sabes que Sam no lo permite, cree que el tratado ya se volvió muy flexible y por eso respeta los límites. Nessie entiende, el tiene que estar con su familia, el esta mucho tiempo contigo, incluso se perdió el nacimiento de el bebé de Sam y Emily, los cumpleaños de Seth, Quil y Embry.
-Creo que tienes razón papi- el me dio una abrazo y se fue
Tal vez me estaba acaparando a Jake demasiado, el quería a su familia y si el era feliz con ellos creo que debería dejarlo un poco. Aunque eso me hiciera sentir cortada en dos.
-Creo que a alguien le toca ayudar a su tía Alice a decorar la casa
-Voy tía- corrí escaleras arriba a donde estaba ella, la encontré poniendo escarcha en la escalera- ¿Qué hace falta?
-Saca los muñecos y ponlos en la sala- me indicó con una gran sonrisa

Alice me tuvo entretenida casi toda la noche, arreglando todo lo que mi tío Emmett desarreglaba cuando pasaba jugando basquetball con tío Jazz. Cuando me di cuenta ya estaba amaneciendo, creo que si podía sobrevivir unas horas sin Jake, pero tan solo al mencionarlo se me vino encima toda el ansia que había estado controlando.
-¡Te tengo! Odio las caras tristes en Navidad, así que creo que es necesaria una dosis de cosquillas
-¡No me tortures! –no me podía controlar, la risa invadió mi cuerpo, si algo había en este mundo aparte de Jake que me hiciera reír era el ataque de cosquillas de tío Emmett
-Esta bien, al menos logre que sonrieras- me llevo a un sillón y me sentó en sus piernas, antes me costaba llegar al piso pero ahora si me ponía de puntas ya lo alcanzaba- ¿te sientes muy grande para escuchar historias?
-Si la vas a contar tú, creo que aun no me siento grande para escuchar tus historias
-De acuerdo, todo empieza en Navidad, en la casa de una niña ya estaba todo listo, el arbolito, la cena y los regalos.”
-¿Cómo se llamaba la niña?- le pregunté tocando con mis manos su brazo
-Se llamaba… Nessie, ella muy traviesa, siempre andaba jugando y haciendo bromas a su tía Rose. Pero sin duda era la consentida en esa familia sobretodo del querido y muy guapo tío Emmett, ¿ya dije que el tío Emmett era lo máximo?

Le hice una mueca entre risa contenida, dándole a entender que quería que siguiera

-Bien, ¿en que estaba? Ah! si, Nessie era muy linda por lo que siempre su familia y sus amigos veían que fuera feliz. Esa Noche Buena el tío Emmett le dio muchos regalos: muñecas, juguetes y un lobo de peluche.
Desde que lo vio ella quedo encantada con semejante monigote- volteó a verme y yo le saque la lengua- de acuerdo, era el monigote más hermoso del planeta-dijo en tono sarcástico- era tan peludo y apestoso que… que a pesar de eso me caía bien.
Estuvo jugando un buen rato hasta que su madre le dijo que era suficiente, ella se quedó un rato más hasta que empezó a sentirse cansada, dejó al lobo junto al árbol y justo cuando le daba un beso notó un brillo especial en los ojos del monigote, ella creyó que era la luz así que lo dejó.
Cuando estaba amaneciendo escuchó un ruido en la sala, y eso la confundió por que sus familiares habían salido de caza-eso era falso, querían privacidad- ella decidió bajar y ¿qué se encuentra?, junto a la escalera estaba el lobo levantado peleando con un par de muñecos de nieve y duendes que la tía Alice había puesto en la sala como decoración.
El lobo - bastante listo- se estaba enfrentando contra los cuatro muñecos feos que por cierto el tío Emmett odiaba, y maldecía a su hermano Jasper por habérselos regalado a Alice esa Navidad del 87 cuando…-

Solté una risita, tío Emmett siempre que podía sacaba a relucir cuanto odiaba esos peluches, de hecho una vez tía Alice me contó que estuvo a punto de regalarlos a un orfanato pero ella lo había visto y lo impidió.

-Bueno ya… el lobo peleaba contra esos muñecos cuando llegó su líder el terrible Santa Claus, ese mono barrigón y sonriente era el enemigo número uno del lobo apestoso. El lobo ahora si la tenía difícil por que ese Santa Claus en verdad era malvado y justo cuando tenía al lobo acorralado Nessie decidió ayudarlo –eso le saldría caro- se puso en medio de la pelea creyendo que asi sería suficiente.
Pero el gordo le lanzó un hechizo y la linda niña quedó al tamaño del lobo.
Ella no se asustó, quería demasiado a ese apestoso lobo como para soportar todo lo que el panzón de Santa Claus le tuviera preparado, pero el reloj de la sala marcaba las 6 de la mañana, en esa hora todos los juguetes regresaban a un estado de sopor.
Pero estos no regresaban a su lugar, los muy desgraciados seguían peleando. Al final de la batalla el lobo había logrado sacarles el relleno, eso haría muy feliz al tío Emmett. Pero bueno ¿no puedo hacer una pausa pequeña?
El lobo se había esforzado mucho con tal de proteger a la niña, que se había quedado sin fuerzas para regresar a su lugar. Si no lo hacía pronto desaparecería. Nessie empezó a llorar cuando escuchó las últimas palabras del lobo.
En eso una luz inundó la sala y la estrella del árbol empezó a flotar hasta ponerse junto a la niña. De pronto se convirtió en una mujer muy hermosa, tan hermosa como la tía Rose.

-¿La quieres mucho verdad?- dijo con su hermosa voz
-Más que a la vida misma- respondió el lobo
-Eso veo, ¿te gustaría que ella regresara a su tamaño natural?
-Si
-¿Aunque eso signifique que ya no podrás hablar con ella?
-No me importa, quiero que sea feliz
-Entonces así será
-¡No! Yo quiero estar contigo…
Lo último que vio fue una luz. Poco después despertó en su cama.
-¡Mamá!
En un segundo ya estaba a su lado
-¿Qué pasa? Veo que ya despertaste, se ve que te encantó el peluche, tanto que te quedaste dormida junto a él.
-¿Dónde esta?
-Creo que tu padre lo puso dentro de tu armario
Ella salió disparada a buscarlo
-Cuando acabes de jugar, baja por que tu abuelo Charlie va a venir- diciendo esto se fue
Ella buscó en una caja y nada, buscó entre los zapatos y nada, sabía que el armario era inmenso pero ¿tanto como para no ver un peluche?
En eso entre sus vestidos salió un muchacho moreno y guapo –no tanto como el tío Emmett, claro esta- ella se sorprendió pero cuando lo vio a los ojos supo que se trataba del mismo lobo que andaba buscando.
-¿Eres tú?- el asintió- pero, ¿cómo?
-Pues al querer tu felicidad por lo visto estaba incluido yo, así que aquí me tienes
Ella lo abrazó y luego la escena se volvió cursi. Lo rescatable del cuento es que el tío Emmett tuvo lo que quizó al fin la tía Alice tiró los peluches feos. Fin.

-Bueno querida Nessie, será mejor que te vayas arreglando, ya sabes como se pone tu tía, si te ve con el mismo vestido dos veces se pone histerica. Además Charlie esta esperándonos en su casa.
-Ya voy- y subí corriendo las escaleras
No sabía que vestido ponerme, este ya no me queda, ni este rosa que era mi favorito. Seguía buscando algo en mi armario cuando entre mis abrigos estaba Jake.
-¿Qué haces aquí?
-Vine por que por lo visto señorita usted necesita un vestido nuevo, y aquí esta- sacó una caja detrás de su espalda
-¡Gracias! Pero creí que no te iba a ver hasta mañana
-Pues te equivocas, mi lugar es donde estés tú.

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