-¿Jacob?
-Mmm, ¿qué pasa Mad?- por más que trato no pudo evitar bostezar
-¿Tienes miedo?
Seguíamos recostados en mi cama, aunque trate de sonar calmada al hacer la pregunta, procurando mirar al techo, sentí como él se movía y se pegaba a mí.
-¿A que se supone que tengo que tenerle miedo? Tú eres mía y eso es lo único que importa para mí.
-Pero, la historia de Alison... tu padre cree que algo malo podría pasar y que la historia se está repitiendo, ¿no te asusta pensar que... podrías morir?
-Mad- me tomo de las manos y aunque quise seguir viendo el techo gire mi mirada hacia donde estaba el- no estamos seguros si en verdad él murió, y si fuera así, no tengo miedo, el amor que siento por ti es tan grande que no me importa lo que me pueda pasar si es el precio por estar contigo.
-Pero yo no quiero que nada malo te pase, Jacob yo daría mi existencia por mantenerte a salvo y si es necesario lo haré
-Despreocúpate, no va a pasar nada, será mejor que empecemos a empacar tus cosas, ya es mas de medio día.
En ese momento ambos escuchamos como alguien abría la puerta de la casa y dejaba caer un bulto, mire rápido a Jacob y corrimos a vestirnos, si alguien había decidido robar esta casa se las vería conmigo. Al bajar las escaleras percibí un olor que me era familiar, en eso escuche un ruido en la cocina, al asomarme pude ver la espalda de alguien que buscaba en los cajones.
-Si valoras tu vida será mejor que voltees- estaba preparada para defenderme de una simple humana.
-¿Maddie?- la chica giro y frente a mi se encontraba mi amiga Fhernanda, aun llevaba nuestro dije de la amistad en forma de estrella- ¡Wow! ¡Eres tú!- me abrazó sin que yo estuviera lista para eso- me alegra verte, sabía que volverías por eso he estado cuidando de tu casa.
Fher estaba como la recordaba, el rostro delgado y moreno con sus ojos muy vivos, parecía como si salieran chispas de ellos, y su cabello oscuro ondulado siempre que podía lo llevaba suelto como en esa ocasión. Llevaba una playera de nuestro grupo favorito y unos jeans con tenis.
-Gracias Fher, no tenias que...- no sabía como zafarme del abrazo, era algo incomodo tener a un humano tan cerca-… hacerlo- al fin me soltó y pude dar un respiro en otra dirección
-¡Oh! Veo que tienes compañía- camino hasta llegar frente a él y lo escaneo mínimo tres veces
-El es mi novio Jacob, Jake ella es Fher, mi mejor amiga- el suspiro, al parecer no le agrado eso
-¿En serio? ¿Y desde cuándo? Creí que habías ido a buscar a Gerard, pero al menos conseguiste algo mejor que ese desabrido, pero ¿que te hiciste Maddie? Te ves increíble, tienes un no sé qué, que ¡Wow! Oye ¿que no tenias una cicatriz en la cara? - se acerco a mi y comenzó a revisarme, por decirlo así, voltee hacia la ventana para ver cuanta luz entraba pero era poca por lo que mi piel de mis brazos no brillaba- Juro que tus ojos eran azules
-Lo son, es que estoy usando pupilentes, escucha Fher, te agradezco que te tomaras la molestia de cuidar la casa, pero ya no sera necesario, la voy a vender
-¿Qué? No puedes... ¿A dónde vas a vivir?
-Escucha, ya tengo un hogar y me han adoptado, por decirlo así, solo vine a arreglar lo de la casa
-¿Quieres decir que te vas a ir... para siempre?
-Sí, ya tengo una vida hecha- ella empezó a llorar, voltee en busca de ayuda por parte de Jacob, pero el solo me miro dandome a entender que necesitaba arreglarlo sola por lo que me dio privacidad regresando a mi cuarto- Fher, no te pongas así, es lo mejor para mi, estar lejos me puso a pensar y ahora me siento bien.
-Pero no quiero que te vayas, ¿qué paso con la promesa?- tomo su dije y me lo puso en la cara- juramos que seriamos amigas...
-... hasta el final- termine la oración, era una promesa que ya no podía cumplir, tenía que hacer algo- mira, me quedare unos días más, pero tengo que regresar- me di la vuelta
-¿Lo haces por él?, me refiero a que estas dejando todo por el tal Jacob, Maddie recuerda lo que paso con Gerard
-Pero esto es diferente, en verdad nos amamos, esto es de verdad
-Espero que te este tratando bien- voltee a verla
-Mejor que bien, el ha sido bueno conmigo
-¿De el es la moto que esta afuera?- asentí- si que encontraste un buen partido, ¿no tendrá unos amigos que quiera presentarme?- me reí del comentario
Estar con Fher era bueno para mi, me hacia sentir humana, aunque el sonido de unos pasos en mi cuarto me recordó que no podía quedarme con ella, ni mucho menos llevarla conmigo.
-Escucha Fher, tengo que hacer unas cuantas cosas
-Entiendo, quieres privacidad, ¿eh?- me guiño el ojo- regresare a las 7 para llevarte a cenar- salió de la cocina, recogió su mochila que estaba junto a la puerta y salio como si nada.
Al subir a mi cuarto vi a Jacob mirando por la ventana, me acerque a el y lo abracé.
-Ella no te va a dejar ir
-Tendrá que hacerlo, yo ya no soy una buena compañía para ella, además tu has dejado varias cosas por mi, creo que esto pone todo en un equilibrio. Por cierto ¿quieres ir a dar la vuelta? se que estar encerrado no es lo tuyo, así que pensaba en invitarte a comer en un restaurante muy bueno a unas calles de aqui.
-Esta bien, ya tengo mucha hambre
Nos dirigimos al restaurante, según recordaba estaba a cuatro calles, daba gracias a que el día estuviera nublado, pero por si las dudas llevaba una sudadera y unos lentes, por si el Sol decidía salir. Al llegar pedimos una mesa en la parte de arriba para que no nos molestaran.
Cuando vimos ya había oscurecido por lo que pague y nos fuimos a dar una vuelta por el vecindario.
-Tu amiga ha de estar esperándote
-Ojala que no, porque no tengo la intención de ir y arruinar este momento.
Llegamos a mi casa hasta las 4 de la madrugada, ay que pasamos una una parte sentados en el parque admirando la luna llena. Cosas como esta hacian que olvidara mis preocupaciones.
-Mmm, ¿qué pasa Mad?- por más que trato no pudo evitar bostezar
-¿Tienes miedo?
Seguíamos recostados en mi cama, aunque trate de sonar calmada al hacer la pregunta, procurando mirar al techo, sentí como él se movía y se pegaba a mí.
-¿A que se supone que tengo que tenerle miedo? Tú eres mía y eso es lo único que importa para mí.
-Pero, la historia de Alison... tu padre cree que algo malo podría pasar y que la historia se está repitiendo, ¿no te asusta pensar que... podrías morir?
-Mad- me tomo de las manos y aunque quise seguir viendo el techo gire mi mirada hacia donde estaba el- no estamos seguros si en verdad él murió, y si fuera así, no tengo miedo, el amor que siento por ti es tan grande que no me importa lo que me pueda pasar si es el precio por estar contigo.
-Pero yo no quiero que nada malo te pase, Jacob yo daría mi existencia por mantenerte a salvo y si es necesario lo haré
-Despreocúpate, no va a pasar nada, será mejor que empecemos a empacar tus cosas, ya es mas de medio día.
En ese momento ambos escuchamos como alguien abría la puerta de la casa y dejaba caer un bulto, mire rápido a Jacob y corrimos a vestirnos, si alguien había decidido robar esta casa se las vería conmigo. Al bajar las escaleras percibí un olor que me era familiar, en eso escuche un ruido en la cocina, al asomarme pude ver la espalda de alguien que buscaba en los cajones.
-Si valoras tu vida será mejor que voltees- estaba preparada para defenderme de una simple humana.
-¿Maddie?- la chica giro y frente a mi se encontraba mi amiga Fhernanda, aun llevaba nuestro dije de la amistad en forma de estrella- ¡Wow! ¡Eres tú!- me abrazó sin que yo estuviera lista para eso- me alegra verte, sabía que volverías por eso he estado cuidando de tu casa.
Fher estaba como la recordaba, el rostro delgado y moreno con sus ojos muy vivos, parecía como si salieran chispas de ellos, y su cabello oscuro ondulado siempre que podía lo llevaba suelto como en esa ocasión. Llevaba una playera de nuestro grupo favorito y unos jeans con tenis.
-Gracias Fher, no tenias que...- no sabía como zafarme del abrazo, era algo incomodo tener a un humano tan cerca-… hacerlo- al fin me soltó y pude dar un respiro en otra dirección
-¡Oh! Veo que tienes compañía- camino hasta llegar frente a él y lo escaneo mínimo tres veces
-El es mi novio Jacob, Jake ella es Fher, mi mejor amiga- el suspiro, al parecer no le agrado eso
-¿En serio? ¿Y desde cuándo? Creí que habías ido a buscar a Gerard, pero al menos conseguiste algo mejor que ese desabrido, pero ¿que te hiciste Maddie? Te ves increíble, tienes un no sé qué, que ¡Wow! Oye ¿que no tenias una cicatriz en la cara? - se acerco a mi y comenzó a revisarme, por decirlo así, voltee hacia la ventana para ver cuanta luz entraba pero era poca por lo que mi piel de mis brazos no brillaba- Juro que tus ojos eran azules
-Lo son, es que estoy usando pupilentes, escucha Fher, te agradezco que te tomaras la molestia de cuidar la casa, pero ya no sera necesario, la voy a vender
-¿Qué? No puedes... ¿A dónde vas a vivir?
-Escucha, ya tengo un hogar y me han adoptado, por decirlo así, solo vine a arreglar lo de la casa
-¿Quieres decir que te vas a ir... para siempre?
-Sí, ya tengo una vida hecha- ella empezó a llorar, voltee en busca de ayuda por parte de Jacob, pero el solo me miro dandome a entender que necesitaba arreglarlo sola por lo que me dio privacidad regresando a mi cuarto- Fher, no te pongas así, es lo mejor para mi, estar lejos me puso a pensar y ahora me siento bien.
-Pero no quiero que te vayas, ¿qué paso con la promesa?- tomo su dije y me lo puso en la cara- juramos que seriamos amigas...
-... hasta el final- termine la oración, era una promesa que ya no podía cumplir, tenía que hacer algo- mira, me quedare unos días más, pero tengo que regresar- me di la vuelta
-¿Lo haces por él?, me refiero a que estas dejando todo por el tal Jacob, Maddie recuerda lo que paso con Gerard
-Pero esto es diferente, en verdad nos amamos, esto es de verdad
-Espero que te este tratando bien- voltee a verla
-Mejor que bien, el ha sido bueno conmigo
-¿De el es la moto que esta afuera?- asentí- si que encontraste un buen partido, ¿no tendrá unos amigos que quiera presentarme?- me reí del comentario
Estar con Fher era bueno para mi, me hacia sentir humana, aunque el sonido de unos pasos en mi cuarto me recordó que no podía quedarme con ella, ni mucho menos llevarla conmigo.
-Escucha Fher, tengo que hacer unas cuantas cosas
-Entiendo, quieres privacidad, ¿eh?- me guiño el ojo- regresare a las 7 para llevarte a cenar- salió de la cocina, recogió su mochila que estaba junto a la puerta y salio como si nada.
Al subir a mi cuarto vi a Jacob mirando por la ventana, me acerque a el y lo abracé.
-Ella no te va a dejar ir
-Tendrá que hacerlo, yo ya no soy una buena compañía para ella, además tu has dejado varias cosas por mi, creo que esto pone todo en un equilibrio. Por cierto ¿quieres ir a dar la vuelta? se que estar encerrado no es lo tuyo, así que pensaba en invitarte a comer en un restaurante muy bueno a unas calles de aqui.
-Esta bien, ya tengo mucha hambre
Nos dirigimos al restaurante, según recordaba estaba a cuatro calles, daba gracias a que el día estuviera nublado, pero por si las dudas llevaba una sudadera y unos lentes, por si el Sol decidía salir. Al llegar pedimos una mesa en la parte de arriba para que no nos molestaran.
Cuando vimos ya había oscurecido por lo que pague y nos fuimos a dar una vuelta por el vecindario.
-Tu amiga ha de estar esperándote
-Ojala que no, porque no tengo la intención de ir y arruinar este momento.
Llegamos a mi casa hasta las 4 de la madrugada, ay que pasamos una una parte sentados en el parque admirando la luna llena. Cosas como esta hacian que olvidara mis preocupaciones.
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